martes, 1 de abril de 2014

RETRATOS EN SEPIA I. PORQUÉ.






Somos curiosos. Tras el momento del disparo, aparece todo un mundo de sugerentes interpretaciones. Somos morbosos.

La cámara revela, pero sobre todo  es cómplice, y oculta. Se alía con el capturado, y mantiene su distnacia, su enigma y, su atractivo desconocido.

Está latente. Labor de fotógrafo.

O quizá,
no hay nada.
Simplemente, mi cuadro decide sesgar la realidad. Engañar. Manipular. 
Vanidad. Ego.

Durante una agradable sobremesa, ella mira a su interlocutor; atentamente le escucha. Milisegundos de obturador. CLICKCLICKCLICKCLICKCLICKCLICK. Aquí está esta "falsedad".

O no.

Porque, todos ocultamos. Todos tenemos más de la vida expuesta.



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