Somos curiosos. Tras el momento del disparo, aparece todo un mundo de sugerentes interpretaciones. Somos morbosos.
La cámara revela, pero sobre todo es cómplice, y oculta. Se alía con el capturado, y mantiene su distnacia, su enigma y, su atractivo desconocido.
Está latente. Labor de fotógrafo.
O quizá,
no hay nada.
Simplemente, mi cuadro decide sesgar la realidad. Engañar. Manipular.
Vanidad. Ego.
Durante una agradable sobremesa, ella mira a su interlocutor; atentamente le escucha. Milisegundos de obturador. CLICKCLICKCLICKCLICKCLICKCLICK. Aquí está esta "falsedad".
O no.
Porque, todos ocultamos. Todos tenemos más de la vida expuesta.